Es como un niño caprichoso traído directamente de Nápoles a la cocina. ¡No le gusta que lo ignoren ni lo descuiden! Quiere las atenciones del primero que entra para encenderlo y del último que se va para apagarlo.

Este horno cuenta con tres fuentes de calor:

Conducción (Conduzione)
El calor se transmite a la base de la pizza gracias a la piedra refractaria, que retiene perfectamente la temperatura tras haber sido precalentada con la llama.
Convección (Convenzione)
El calor se distribuye gracias a las corrientes de aire caliente que circulan en el interior del horno.
Radiación (Irraggiamento)
El calor generado por la cúpula: las paredes refractarias incandescentes irradian calor directamente sobre la pizza.

La auténtica pizza Napoletana se cocina en apenas 90 segundos, alcanzando una temperatura de unos 450 °C. De ahí la importancia y la dedicación del fornaio durante el servicio: ¡lleva sobre sus hombros el 80 % de la responsabilidad de que la pizza salga perfecta!

“Limonami” en italiano significa bésame con pasión. En Dolce Positano, a través de cada pizza queremos transmitir al cliente esa misma pasión en la elaboración de nuestros platos, con el objetivo de que se sienta querido y perciba nuestro afecto.